Nuestro viaje
23 de julio: Auschwitz - Wadowice - Wieliczka
julio 23, 2016
Wadowice
Contraste By María Salgado
Éramos un grupo de jóvenes españoles disfrutando y partiéndonos de risa, no nos había importado levantarnos a las 5 con tal de celebrar nuestra Misa. Los polacos nos habían invitado una vez más a desayunar y después nos habíamos montado en el autobús pensando en pasarlo fenomenal y conocer mejor Polonia y a sus santos.
Hasta que hemos llegado a Auschwitz. Impactante. Sin palabras. Ha cambiado mi actitud de golpe. En vez de reír quería llorar, en vez de cantar estar en silencio y en vez de jugar, rezar.
No he podido evitar emocionarme al rezar en el muro donde los fusilaban o en la cámara de gas. Los imaginaba asustados y desesperados rezando sus oraciones y quería, de alguna manera, unirme a esas oraciones.
De qué somos capaces cuando nos alejamos de Dios. En qué monstruo se convierte el ser humano cuando pierde el sentido verdadero de su vida que es saber que ha sido creado para vivir de Dios...
Sigo sobrecogida a pesar del resto de estupendas aventuras del día. Quiero meditar y hacer oración pensando en la experiencia de haber visitado este lugar. Ha sido un día de contrastes.
Auschwitz
Entrar en Auschwitz es algo especialmente triste By Gleison Linhares
Entrar en Auschwitz es algo especialmente triste. Es fácil imaginar las inmensas torturas pero es difícil perdonar la mínima ofensa, soportar la mínima de las dificultades por Cristo.
Auschwitz es un campo hecho con regla, totalmente esquematizado para matar. ¡Qué cosas tiene el demonio!
Auschwitz
A uno se le quitan de golpe las ganas de quejarse By Miguel Fernández
¿¿Levantarse a las 4:45 de la mañana?? ¡No hay dolor! Misa a las 5:30... Parecía que el día empezaba muy mal, había motivos más que de sobra para quejarse... Sin embargo, nuestra primera parada era Auschwitz. Cerca de 2 millones -se dice pronto- de vidas arrebatadas en aquel campo de trabajo y exterminio. Añadido a las condiciones infrahumanas, sin alimentos, con epidemias y con experimentos médicos (verdaderas torturas) que ponen la piel de gallina. A uno se le quitaban de golpe las ganas de quejarse por un simple madrugón.
Con un nudo en la garganta, ponemos rumbo a Wadowice, ciudad natal de San Juan Pablo II, donde se conservan algunas reliquias del santo.
Posteriormente, visitamos unas impresionantes minas de sal en Wieliczka. Descendemos a sus pasadizos y encontramos, a más de 100m de profundidad, toda una red de kilómetros y kilómetros de pasillos excavados en la roca, con auténticas maravillas que nos sorprenden entre pasillo y pasillo, como una impresionante iglesia, toda ella tallada en la sal (ver foto).
Concluimos el -agotafor- día compartiendo reflexiones y experiencias en una asamblea y cantando un rato antes de dormir.
¡Buenas moches, Madrid! Seguiremos informando...
PD: ¡ya han llegado las maletas, dos días más tarde, de los compañeros de nuestro grupo a los que se las habían perdido en la aerolínea! Se han visto verdaderamente caras de felicidad...
Wadowice
Wieliczka
Wieliczka
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