¡Hola Madrid! Ya estamos de vuelta, tras un viaje que se nos ha pasado volando, pero que nos ha marcado mucho. Vamos cerrando el blog con esta (previsiblemente) penúltima entrada -la última será para recoger nuestros testimonios sobre la experiencia JMJ-, sobre nuestro último día por tierras polacas, y el viaje de vuelta.

Nuestro último día en Polonia lo dedicamos a ver Niepokalanów (Ciudad de la Inmaculada en polaco), el convento franciscano fundado por san Maximiliano Kolbe cerca de Varsovia. Resulta impresionante poder hacer oración al lado de su celda, y sobre todo oír el testimonio y los escritos de un santo que fue capaz de entregar su vida para salvar a un padre de familia. ¿Qué tendrán los santos que se nota que lo son desde la primera línea que uno lee? La verdad es que oyéndolos uno se da cuenta de la meta tan alta (y a la vez tan alucinante) que tenemos...

Y como después de salir de una JMJ ocurren algunos "milagros", lo más impactante para mí del día fue una conversación con la señora de al lado en el avión (¿dormir en el avión cuando la noche anterior has dormido 2 horas? ¡eso es de débiles!). Desde el principio la buena señora no hacía más que quejarse continuamente "¡desde luego, hay que ver, mucha JMJ, y no hacen más que molestar!", repetía. Se quejaba cada vez que uno de nosotros se levantaba en la otra punta del avión. Será el espíritu de la JMJ, imagino, que me llevó a hablar con ella (aunque yo estaba de malas en ese momento y casi era lo último que me apetecía), a ver si se tranquilizaba. De una queja continua a una conversación de más de 2 horas sobre nuestras experiencias de fe, de cómo perseverar en la oración, de lo que significa el voluntariado, los pequeños sacrificios, o de la importancia de conocerse a uno mismo para encontrar a Dios, y más temas de este nivel. Va a tener razón el Papa que hay que hablar más con los abuelos (espero que no me lea la buena mujer, no sea que se mosquee con lo de "abuela"...), que ellos tienen una experiencia que nos puede enriquecer mucho. En fin, esos pequeños "milagros" que ocurren cuando uno va por la vida bien lleno de felicidad y tratando de repartirla al resto... Esperemos que este "espíritu JMJ" nos dure, jeje...

Bueno, anécdotas aparte, tanto nuestro vuelo como hoy el de LOT han llegado bien puntuales, y esta vez sin problemas... ¡y con maletas y todo!

Me despido ya, estad atentos a nuestra última entrada, con nuestros testimonios. Los compartimos en la Asamblea de hace un par de días, y os aseguro que van a merecer muchísimo la pena ;)